Resumen:
Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a un hombre llamado Aman, lo honró y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con el, y todos los siervos del rey que estaban a la puerta se inclinaban ante Amán, excepto Mardoqueo. Y al ver Aman que Mardoqueo no se humillaba delante de el, se lleno de ira y se propuso a exterminar a todos los judíos, es decir, al pueblo de Mardoqueo.
Pasaron los días y Amán hablo con el rey Asuero para comentarle que había un pueblo esparcido y distribuido, y sus leyes eran diferentes de las de todo pueblo y no guardaban las leyes del rey y que si le placía, que fueran todos destruidos y a cambio recibiría diez mil talentos de plata; entonces, el rey quito el anillo de su mano y lo dio a Amán y le dijo:
- La plata que ofreces sea para ti, y así mismo el pueblo, para que hagas de el lo que bien te pareciere.
Entonces se escribieron cartas para todas las provincias en nombre del rey Asuero, las cuales tenían la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos en un mismo día.
Reflexión:
"La Ira Es Un Veneno Que Uno Toma Esperando Que Muera El Otro"
Aunque en situaciones de nuestra vida es duro contener la ira, pues es normal de humanos enojarse, pero por ese simple hecho no quiere decir de que por un momento de rabia, pasemos por encima de los demás, muchas veces juzgando sin saber o simplemente sin darnos cuenta que el del error no es el otro, sino yo.
Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón ardiente con la intención de tirarlo a la otra persona: Tu eres el único que se quema...
Bendiciones! (Y)
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