martes, 11 de agosto de 2015

9. Resumen - Reflexión - Los Judíos Destruyen Sus Enemigos.

Resumen: 

El mismo día en que los judíos esperaban su destrucción, fue todo lo contrario, porque los judíos se enseñorearon de los que le aborrecían, Mardoqueo se hizo pues grande y su fama iba por todas las provincias.
Destruyeron pues, a todos sus enemigos y los hijos de Amán fueron también colgados en la horca que había preparado para Mardoqueo.
Después de esto, se reunieron pues los judíos e hicieron banquete y se regocijaron. Los judíos establecieron que no dejarían de celebrar estos dos días, pues serian recordados y celebrados por todas las generaciones.


Reflexión: 

¿Maldición o Bendición?

Cuando nos encontramos en medio de la prueba, la dificultad, pensamos que todo esto es una maldición, es decir, que somos de malas, pero mas tarde es cuando entendemos el porque de las cosas, y que en realidad ese problema era ¿Maldición o Bendición? Me Entiendes? Te Contaré Una Historia:

Hace muchos años, en una aldea del norte de China, vivía un hombre que poseía un caballo espléndido.  Tan bello era aquel caballo que la gente recorría leguas y leguas sólo para admirarlo.  Todos le decían que era una bendición poseer un animal como aquél.
– tal vez – decía él -, pero lo que bien parece una bendición puede ser una maldición.
Un día, el caballo salió corriendo.  Se marchó.  La gente acudió a decir al hombre lo mucho que sentía su mala suerte.
– tal vez – dijo -, pero lo que bien parece una maldición puede ser una bendición.
Semanas mas tarde, el caballo regresó.  No volvió solo, le seguían veintiún caballos salvajes.  Según las leyes de aquél lugar, los caballos pasaron a ser de su propiedad.  Se hizo rico con ellos.
Sus vecinos fueron a felicitarle por su buena suerte.  – verdaderamente – le dijeron – has sido bendecido.
– Tal vez – dijo -, pero lo que bien parece una bendición puede ser una maldición.
Poco después, su hijo, su único hijo, tratando de montar uno de los caballos salvajes, se rompió la pierna.  Los vecinos del viejo acudieron de nuevo a decirle cuánto lo sentían.  Realmente, estaba maldito.
– tal vez – dijo -, pero lo que bien parece una maldición puede ser una bendición.
Una semana después, el rey llegó a la aldea llamando a filas a todos los jóvenes útiles para luchar contra las gentes del norte.  Fue una guerra terrible.  Todos los reclutados en aquella aldea murieron en la batalla.  Tan sólo sobrevivió el muchacho que se había roto la pierna.
Desde aquél día, en la aldea, todos dicen:
“Lo que bien parece una bendición puede ser una maldición.  Lo que bien parece una maldición, puede ser una bendición”.
Así que, ¿Maldición o Bendición?

Bendiciones! 

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